Tolerancia y convivencia: porque somos muy distintos pero mucho más iguales de lo que creemos.
Cuando trabajamos con niños en nuestros proyectos integrales en centros educativos, una de las primeras cuestiones que abordamos con los más pequeños es la tolerancia.
A través de juegos y vídeos les hacemos reflexionar sobre la importancia de aceptar las diferencias para poder convivir en clase (y en la vida).
Sin embargo, en nuestras formaciones para adultos, e incluso con niños más mayores, este primer paso que con los pequeños nos parece fundamental, nos lo saltamos, lo damos por sabido y asumido.
Hablamos de empatía, eso sí, de ponernos en el lugar del otro para poder entender su postura ante un conflicto. Pero olvidamos la tolerancia, el respeto por lo que nos parece diferente o desconocemos.
El otro día vi un vídeo que me hizo reflexionar sobre ello. En él, varias personas adultas y que parecen educadas, cultas y nada radicalizadas, muestran sus reticencias sobre personas de otras culturas, nacionalidades o religiones. Se sienten profundamente distintos a otras personas por razón de su lugar de su nacimiento. Tras una prueba de adn a la que se someten voluntariamente, los resultados y, sobre todo, sus reacciones, son absolutamente sorprendentes.
Podéis ver el vídeo pinchando aquí.
Ante los acontecimientos de odio y violencia injustificados que últimamente azotan al mundo, me pregunto si realmente nos falta a todos algo de información sobre quiénes somos en realidad, de dónde venimos…
Y cuando digo a todos, quiero decir a todos: a los terroristas que matan por razón de raza, religión o cultura (más bien por la sinrazón) y a todos aquellos que reaccionan a esos ataques con racismo y odio hacia todo lo que tenga algo que ver con la religión musulmana o con el mundo árabe.
También me refiero a los políticos de todo el mundo que basan su discurso en el odio al inmigrante y a todas aquellas personas, cada vez más, que les siguen y les ayudan a alcanzar el poder.
Es hora de hacer un paréntesis y reflexionar, de introducir la tolerancia como piedra de toque en nuestras vidas cotidianas y de empezar por lo más cercano, por nuestros círculos de convivencia, para lograr lo más grande: un mundo en PAZ.
Loreto Reyna (2016). Tolerancia y convivencia claves para la paz. Asociación ¿Hacemos las Paces?