La cultura de la mediación y sus diez principios básicos.
Cuando hablamos de la mediación como el mejor sistema para resolver los conflictos presuponemos que la actitud de las personas es propicia para tratar de establecer puentes de comunicación. En la mediación es necesario que estemos dispuestos a participar y que lo hagamos de forma activa.
A diferencia de lo que ocurre en otros métodos de resolución de conflictos, en los que las partes adoptan un papel pasivo porque hay actores jurídicos que se mueven por ellos, en la mediación las partes toman un papel activo, tienen que trabajar, tienen que participar y buscar soluciones que les satisfagan a ambos.
En el blog de Eloy Ortiz y Yolanda Muñoz leí, no hace mucho, sobre los 10 principios de la cultura de la mediación. En esta enumeración creo que se recoge la actitud básica que cualquier persona que llega a la mediación sería bueno que tuviera.
Especial referencia dentro de ese catálogo merece la humildad. A través de este principio se explica cómo la piedra angular para solucionar cualquier conflicto es el reconocimiento de tu problema y del problema que tienes con los demás. El conflicto es cosa de dos y hay que reconocer que uno está en un conflicto: el primer paso para solucionar las cosas es reconocer que tienes un problema, que lo que ocurre no es lo que el otro hace o dice, sino que tu postura genera un conflicto con el otro.
Otro principio es el de la comprensión, que consiste en entender las necesidades y valores del otro y respetarlos. La mediación pasa por el respeto a las personas que voluntariamente se sientan a dialogar. Se debe respetar al otro, entender que sus necesidades y valores pueden ser distintas a las tuyas.
El principio de reconocimiento de los momentos de crisis y conflicto es consustancial al ser humano. Se genera un conflicto tanto si dos personas tienen iguales preferencias y tienen que repartirse algo, como si les gustan dos cosas opuestas y deben elegir una sola. ¿Cuántas veces nos vemos en una de estas situaciones? Tenemos que aprender a gestionar y a convivir o solucionar de la mejor forma estas situaciones cotidianas porque seremos más felices.
Quiero hacer especial referencia a uno de los principios esenciales de la mediación: la creatividad. La mediación favorece las soluciones variadas, hechas a la medida, se sale de lo pautado, propicia la creatividad. Así se garantiza que la solución sea un traje a medida de las personas que intervienen en la mediación.
Por último, la capacidad de aprender, porque una característica esencial del ser humano es que es curioso y eso le hace estar en constante aprendizaje. Explorar nuevas vías o alternativas permite que avancemos. Aplicado a los conflictos y a la mediación supone buscar soluciones. Esa búsqueda no es un camino en línea recta sino lleno de curvas y desniveles, a veces nada fácil de seguir.
Como propósito para 2016 os propongo reflexionar sobre este decálogo y que intentemos aplicar estos principios cuando nos veamos inmersos en un conflicto. ¡ Feliz año 2016!
Carmen Iborra (2015) ¿Hacemos las paces?