Muchas veces sabemos que lo que nos están diciendo es mentira, y suele ser complicado reaccionar de forma acertada en ese momento.
Efectivamente, lo que nos sale es agresividad, rabia, gritos etc. como consecuencia de la impotencia. Sabemos a ciencia cierta que es mentira, luego queremos que lo reconozcan y no sigan intentando engañarnos. Sentimos que nos toman por tontos, que nos están intentando tomar el pelo, y esto no ayuda a que podamos reaccionar de la mejor forma.
¿Cómo hemos de reaccionar ante una mentira evidente?
Aunque suene difícil o incluso imposible para algunos, hay que conseguir mantener la calma y usar la asertividad. No es la primera vez que os hablamos de ella. La asertividad es mucho más importante de lo que creemos, y es útil en la mayoría de las situaciones a las que nos enfrentamos a diario.
La asertividad frente a la mentira es efectiva porque consigues que la otra persona se ponga en tu lugar y se arrepienta, además de darle la oportunidad de rectificar sin humillaciones ni acusaciones. Como siempre, lo que conseguimos es que la otra persona no se sienta acusada, ya que en ese caso instintivamente te defiendes atacando tú también. Lo que conseguimos, al contrario, es que sienta comprensión y quiera solucionar la situación violenta generada por esa mentira de la mejor forma posible.
Por supuesto esto no es efectivo en todos los casos, pero os podemos asegurar que sí lo es en la mayoría de ellos.
Para usar la asertividad de forma adecuada hemos de expresar cómo nos hemos sentido cuando la otra persona nos ha dicho la mentira, y qué nos gustaría que él hiciera para solucionarlo. Esta última parte sería conveniente que no fuera explicando la solución que tú consideras mejor, sino que se dejara abierta a que él mismo, el que ha dicho la mentira, sea el que encuentre una solución que le valga, de forma que se facilita que quiera modificar su conducta inicial.
Nos podemos encontrar con alguien que nos diga una mentira en el ámbito laboral (jefe – empleado o empleado – jefe), al contratar un servicio con algún profesional, con un familiar o amigo etc. Podéis ver también un ejemplo claro de esto en el ámbito escolar siguiendo este enlace. En este post Santiago Moll, autor del blog «Justifica tu respuesta» ahonda en como un profesor debe reaccionar cuando un alumno le dice una mentira. Francamente recomendable su lectura, y extrapolable a todas las facetas de la vida.
Isabel Zarraluqui López(15-01-2016) «¿Hacemos las paces?»