Empatía y simpatía no son lo mismo.
Aunque ambas son dos buenas cualidades en nuestro trato con los demás, no debemos confundirlas.
Me gustaría compartir con vosotros dos explicaciones fantásticas de la gran diferencia que existe entre una y otra:
En primer lugar, os propongo un vídeo en el que, además de la explicación de la relación entre simpatía y empatía con la conexión o la desconexión con los demás, encontramos graciosos ejemplos de lo que muchas veces hacemos (y no deberíamos hacer) cuando tratamos de empatizar con alguien que está pasando por una situación difícil.
Podéis verlo aquí.
También me gusta mucho la explicación de William Ury sobre las diferencias entre empatía y simpatía. Aparece en su libro «Obtenga el sí consigo mismo» y os la transcribo a continuación:
«La empatía se confunde muchas veces con la simpatía, pero no es lo mismo. Simpatía significa «sentir con». Implica sentir lástima por la mala situación de una persona pero sin que sea necesario entenderla. Por el contrario, empatía significa «sentir dentro». Implica comprender qué se siente en una situación así.
Observar es ver desde fuera, mientras que escuchar es sentir desde dentro. Observar le ofrece una visión distante, mientras que escuchar le proporciona una comprensión íntima. La observación le ofrece la comprensión de un científico cuando estudia en el microscopio cómo es un escarabajo, mientras que escuchar le aporta la comprensión de qué se siente siendo un escarabajo.»
Espero que con estas explicaciones podáis conseguir ser empáticos de verdad cuando la ocasión lo requiera. Por ejemplo, cuando queráis ayudar a que una persona que está pasando por un momento difícil se sienta mejor.
Eso sí, tampoco dejéis de ser simpáticos, la risa y la alegría son absolutamente necesarias en nuestra vida. No lo olvidéis.
Lo esencial es saber elegir cuándo toca aplicar la empatía y cuándo la simpatía. Esa es la clave: cada cosa a su debido tiempo.
Loreto Reyna (abril 2016) ¿Hacemos las paces?